jueves, 27 de febrero de 2014

Willie Colón, Rubén Blades y Juan Luis Guerra nominados al Salón de la Fama de los Compositores Latinos

El artista puertorriqueño Willie Colón estaría optando por entrar al Salón de la Fama de los Compositores Latinos, una iniciativa sin ánimo de lucro que busca realzar la figura de los creadores hispanos de música.

Junto a Colón están optando el español Joan Manuel Serrat, el dominicano Juan Luis Guerra, el panameño Rubén Blades y el brasileño Roberto Carlos.

En la categoría de Artistas aparecen además el español Alberto Cortez, la cantante de origen cubano Gloria Estefan, el salvadoreño lvaro Torres, el guatemalteco Ricardo Arjona, el mexicano Juan Gabriel, el peruano Gian Marco, el puertorriqueño Willie Colón y el venezolano Franco de Vita.

La organización también quiere a homenajear a aquellos compositores que, a pesar de no tener notoriedad pública, han sido los autores de exitosos temas.

La lista, leída en Miami por los músicos Luis Enrique, Alex Matos y Julio José Iglesias, la completan el panameño Omar Alfano, el puertorriqueño Johnny Ortiz, el dominicano Rafael Solano y el venezolano José Enrique “Chelique” Sarabia.

El público puede votar a sus compositores favoritos a través de internet hasta la medianoche del próximo 27 de Abril, y los ganadores serán anunciados al día siguiente.

Fuente: El nuevodia.com


viernes, 14 de febrero de 2014

El Dueño Del Soneo

!!! Yo soy el menos malo que hay. No puedo sentarme a escuchar un disco para decir voy a aprender con éste !!!





Sus músicos lo desafían y a Carlos “Cano” Estremera le sube la presión, cerrando los ojos para liberar su musa en el montuno con una avalancha de soneos que no pocos melómanos cuentan para ver si supera su hazaña anterior.



El 29 de julio de 1990, en la plaza de recreo de Guánica, encadenó 105 inspiraciones consecutivas en el montuno de la salsa romántica “A mí”.

en las fiestas patronales de Comerío, vocalizó 106 pregones. En Yabucoa mejoró la marca con 128 soneos y el 25 de agosto, en Juana Díaz, llegó a 130.



Así se desató el mito del cantante albino Carlos “Cano” Estremera, orgullo del residencial público Fray Bartolomé de las Casas en Santurce que en 1990 se autoproclamó el “Dueño del Soneo”, apelativo que resienten algunos de sus colegas.

“Esa fue una campaña que se creo al sacar el disco “Dueño del soneo” porque el género estaba en la transición de la salsa a la balada. Y era necesario que el público que no sabía de salsa tradicional, al escuchar a Eddie Santiago, David Pabón y Willie González, no se engañara pensando que ésos eran los soneros bravos. Para mí era necesario abrirle los ojos a la gente”, recuerda Cano Estremera, apodado también, por su albinismo, “El Niño de Oro”.

Mientras otros cantantes enfocaban sus talentos en la llamada salsa cosmética, Cano perfiló como una especie de “salvador” para la expresión.

La jugada propició los encuentros de soneros en tarimas como la del Día Nacional de la Salsa, de los centros nocturnos y de los coliseos. Sus duelos con José Alberto “El Canario” y Domingo Quiñones son épicas salseras que han trascendido a otras latitudes. “Fue una logística que revitalizó la salsa y le enseñó al público la diferencia entre los cantantes y los improvisadores.

Cano, sin embargo, aclara que su desarrollo como sonero no discurrió al lado del “Rey del Bajo”. Su padre Aquilino disfrutaba de los elepés de Ramito, Chuito el de Bayamón y otros trovadores. Cano los escuchaba mientras se mecía en un columpio del patio del caserío. Los secretos de la rima y la improvisación son herencia de los exponentes de la trova borincana y del estudio de los estilos de Marvin Santiago e Ismael Rivera.



“La rima es indispensable para cantar salsa. No estudié la escuela cubana hasta después de oír a Maelo. Y como deseaba sobresalir como un cantante diferente me nutrí mucho de Ella Fitzgerald, Al Jarreau y George Benson”, explica.



Su vocabulario, uno de los más vastos en la salsa, es fruto de un reto muy original: aprender una palabra cada día. “Aprendí poco en la escuela Haydeé Rexach y no fui a la universidad. Pero jamás olvidé al maestro que me dijo que una palabra por día eran 365 al año”.
En cualquier foro hoy afirma que es el sonero más versado del género. No admira a ninguno de los cantantes de su generación, incluyendo a Gilbertito, Domingo Quiñones y Hermán Olivera, cotizados entre lo más sensacional y original del género. “Yo soy el menos malo que hay. No puedo sentarme a escuchar un disco para decir voy a aprender con éste. Por eso ya no oigo salsa”.
Su fama de rebelde e irreverente le ha forjado una imagen negativa que le ha pasado factura. El Fideicomiso de Parques Nacionales lo vetó tras un concierto en el Anfiteatro Tito Puente en que dedicó frases peyorativas a la ex gobernadora Sila María Calderón. “Llegó un momento en mi carrera en que se me negó trabajo y se me cerraron muchas puertas por mi personalidad. Yo adopté parte del estilo de los reguetoneros que expresaban abiertamente sus frustraciones e insatisfacciones”, explica.

Criado por Cástulo López con una disciplina conservadora y religiosa, Cano se define como “un penepé de izquierda” que favorece la estadidad para Puerto Rico. “Patria con hambre no es patria”, sentencia.

Su albinismo ha sido el detonante de algunas dificultades que ha enfrentado en la industria. Percibe que no pocas personas lo subestiman y dudan de sus capacidades. “Piensan que uno es bruto; que uno no puede pensar. Y se equivocan”. En el ojo derecho sólo tiene un 10% de visión y por el izquierdo no ve absolutamente nada, debido a una pedrada recibida durante su niñez que le impide leer y manejar.

Se crió en el residencial Fray Bartolomé de las Casas y lo pregona a mucha honra, aclarando que nunca ha usado drogas y que en los caseríos la mayoría de la gente es muy decente.


lunes, 3 de febrero de 2014

JOEY PASTRANA : UNA LEYENDA



La década de los 60’s desencadenó una interesante oleada de propuestas y paradigmas en el escenario mundial de las artes. Ya el desarrollo tecnológico comenzaba a dar algunas luces. Observar la posibilidad de llegar a conquistar la luna, fue tan sorprendente como la hazaña musical planetaria alcanzada por aquellos cuatro excéntricos chicos de Liverpool. Y vaya que sí hubo cambios. La avanzada musical definitivamente sería otra a partir de aquellos días. Era el preludio de un “Woodstock” girando en torno a una joven generación de talentos, que sin dejar de ser leales a sus raíces latinas, definieron muy bien su concepto musical como auténtica expresión del Harlem de Nueva York. Así surgiría el Boogaloo y elShingaling, como una corriente con claros elementos del Pop moderno fusionada con un evidente aire de ritmo cubano.



En el ambiente del “Latin Soul” americano, un grupo de jóvenes había tomado por asalto un nuevo reducto musical con personalidad propia. En consecuencia, la propuesta presentaría una opción de baile como interpretación local. Se insiste en que la inspiración parte de una “Guajira in Blue”. Como quiera que sea, algunos de estos noveles músicos que se habían nutrido de las influencias de los tres grandes y las clásicas orquestas cubanas de los 40’s y 50’s intuyeron la necesidad de tender un puente, entre el cadencioso ritmo afrocubano, y el abrumador movimiento Pop americano, donde este último en particular centraría su intención de ritmo en un atractivo sentido hacia el baile. El éxito del ritmo era el producto de su propia figura de baile. Y esto no es sólo un axioma comercial discográfico. Los negros americanos y los descendientes de latinos en NYC habían encontrado un modo común de interpretar su propia mezcla rítmica y vocal: el Boogaloo.




Joey Pastrana es uno de aquellos legendarios chicos que a mediados de la fulgurante década de los 60’s, dirigió su dotación y estilo de banda hacia la interpretación del moderno acento de “Latin Soul” conocido como Boogaloo. Es probable que cualquier conjunto clásico de Salsa de NYC de aquella época pudiera fácilmente y con toda propiedad interpretar y ejecutar los rudimentos del Boogaloo; sin embargo, no todas las agrupaciones nacientes del género Boogaloo podían hacer lo mismo frente a los ritmos cubanos usualmente abordados en la “Salsa”. No obstante, Joey Pastrana sería una excepción. Él supo mantener un discreto equilibrio en su interpretación de ambos géneros.




Tal vez su “Rumbón Melón” se ha convertido en una de las más difundidas antologías del sonido tradicional de la Salsa de NYC. El reconocido músico y director de orquesta venezolano, Johnny Sedes, en una entrevista para la radio expresó: “La aparición de los temas ‘Fango’ y ‘Rumbón Melón’ fijaron las directrices de cómo tenía que ‘sonar’ la Salsa de NYC. A partir de estos temas, algunos conjuntos del Son Moderno de Nueva York (Salsa) siguieron esa ruta: el tipo de sonido, arreglos, acento, estilo, dotación, etc”. Particularmente pienso que esta reflexión del Maestro Johnny Sedes es digna de ser apreciada y valorada en su contexto.

YA EN CIELO, ESTAS CON LOS GRANDES...ERES UNA LEYENDA