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miércoles, 30 de octubre de 2013

Juan Formell escribe una ópera para la diva de los Van Van




El músico y compositor cubano Juan Formell, padre de ritmos como el changüi-shake y el songo, prepara una ópera especialmente para la única cantante de su orquesta, los Van Van.

La noticia se conoció mientras Formell se presenta en la feria Womex de “world music”, en Reino Unido, donde recibirán un premio por su trayectoria con el llamado Tren de la Música Cubana.

Yenny, la cantante que rompió la hegemonía de voces masculinas en Van Van, podrá exhibir su potencia y amplio registro en la ópera que se le ocurrió hacer a Formell el pasado año, en Las Vegas.

Aunque sui generis, la idea de hacer una ópera con música popular tiene sus referentes en el “Jesús Christ Superstar” de Andrew Lloyd Webber, o la monumental “Maestra Vida” de Rubén Blades.

Amen de ese proyecto y su actuación en el Womex, Formell recibirá el próximo mes un premio Grammy Latino a la Excelencia Musical, por sus aportes a la música y su longevidad en el gusto popular.

Tal permanencia, así como el carácter revolucionario de su música y la fusión de rock, son y raíces afrocubanas, hicieron que los Van Van sean considerados “los Rolling Stones de la salsa”.




YA SE AVECINA EL BAILABLE DEL AÑO : EL BUHO LOCO PRESENTA


SABADO, 2 DE NOVIEMBRE EN EL COLISEO ROBERTO CLEMENTE!!! SALSA, SALSA, SALSA!!

martes, 29 de octubre de 2013

Nostalgia por la música latina en Nueva York

RECORTE : RUTH HERNÁNDEZ (EFE/REPORTAJES)

En la década de 1950 Nueva York recibió la mayor emigración de puertorriqueños, que se establecieron en lo que hoy se conoce como el Barrio Latino de Harlem, y que fue hogar para un gran número de músicos, tanto boricuas como cubanos.

“En 1955 todo el mundo en el país tenía que saber bailar mambo, chachachá y otros ritmos latinos”, destacó el percusionista, compositor y director de orquesta Bobby Sanabria, maestro en la Escuela de Música de Manhattan. “Las orquestas en Nueva York estaban en su máximo nivel y, por supuesto, las de Machito y Tito Puente”.

“Los blancos estadounidenses sabían lo que eran el mambo, el guaguancó, la guaracha, el bolero, el son montuno”, dijo este músico, especialista en jazz.

Para esa época, Nueva York contaba con gran número de salones de baile, tanto en la zona metropolitana de Manhattan como en el Bronx, donde se había radicado también una gran comunidad puertorriqueña, especialmente en el sur de ese barrio.

Entre esos muchos salones, The Conga, Park Plaza o Birdland, hay que destacar el gran Palladium, que entre 1948 y 1966 fue la meca de los clubes de baile de música latina, y no solo para los hispanos, y que llegó a ser conocido como “la casa del mambo” durante la efervescencia de la “mambo manía”.

Allí tocaban las orquestas del momento: la del puertorriqueño Tito Rodríguez; la de Tito Puente, que nació y creció en El Barrio, hijo de puertorriqueños, y la del cubano Frank “Machito” Grillo, quienes fueron figuras claves en la historia de la música popular, y que compartían escenario con frecuencia con figuras del jazz como Cal Tjader o Dizzy Gillespie.

Hay que destacar además la presencia en Nueva York, en esa época, de los también cubanos Arsenio Rodríguez, que se presentaba además en clubes en el Barrio y el Bronx, donde se desarrolló otra cultura musical, y Mon Rivera, y al puertorriqueño Cortijo y su Combo, con su vocalista Ismael Rivera “El Sonero Mayor”, quienes trajeron a la Gran Manzana el sonido de la bomba del folclor puertorriqueño, así como el de la guaracha.

En esa época se escuchó también el merengue de la mano de Angel Veloria, que lo llevó al Palaldium, un club que era más visitado por puertorriqueños cuando se presentaban Cortijo, Veloria o Mon Rivera, porque preferían los clubes en el Barrio, explicó la compositora, directora de su orquesta y también educadora Aurora Flores.

“Yo tenía unos 10 años y recuerdo que mi madre, que siempre se arreglaba en casa, fue ese día al salón de belleza para que la peinaran porque esa noche iría con mis tíos al Palladium porque estarían Cortijo y Maelo”, recordó.

“Si no sabías bailar Latin, como lo llamaban los afroamericanos de Harlem, no estabas en nada”, recordó Flores. “Ese era el sentimiento en esos días. Si no bailabas, no gozabas”.

El Bronx tenía para esa fecha más salones de baile que Manhattan, como el lujoso Hunt Point Palace, con capacidad para 2,500 personas, así como el Blue Morocco, el Royal Mansion o el Bronx’s Caravana Club –que se convirtió en “el hogar de la pachanga”–, el Tritons o Tropicana, en alusión al famoso salón cubano.

Todos ellos fueron mucho más que salones de baile, hasta convertirse en centros de intercambio cultural y social, como destaca el estudio A South Bronx Latin Music Tale, de las folcloristas Elena Martínez y Roberta L. Singer.

En una época sin televisión ni internet, los salones de baile eran el centro de diversión y reunión, donde la gente se reunía con amigos y hacía nuevas amistades.

El Hunts Point Palace fue tan popular que una noche se presentó lugar Porfirio Rubirosa, el donjuan dominicano, bautizándose una bebida con su nombre, dato que está incluido en el libro que Flores escribe sobre el pianista Larry Harlow, que acompañó a varias orquestas en ese lugar.

“Una de las cosas que contribuyó a la permanencia y proliferación de la música latina fue que a los judíos les gustaba y la mezclaban con la suya; la abrazaron como si fuera de ellos”, comentó Flores, que imparte cursos en la Universidad de la Ciudad de Nueva York y ha escrito para la revista musical Billboard.

Los fines de semana eran esperados por todos y se lucían las mejores galas, con los hombres vestidos de chaqueta y corbata y las mujeres con sus elegantes vestidos, sombreros, a veces guantes y zapatos de tacón alto.

El baile era una especie de alivio y momento de socialización para una comunidad que intentaba abrirse paso en un país e idioma nuevos, luchando duro por sobrevivir.

“Esos salones en el Bronx se llenaban, no solo con las orquestas latinas, sino con las de jazz de Duke Ellington y Count Basie, y a veces este tocaba contra la de Machito, atrayendo a afroamericanos, latinos, irlandeses y judíos que vivían en el sur del Bronx. Los dueños de esos salones eran judíos”, detalló Sanabria.

“Fue una época intercultural bien chévere, todos unificados por el baile y la música. Eso ya no existe. Los chicos aprendían a bailar y a tratar a una mujer, cómo hablarle para preguntarle si quería bailar y qué quería bailar, no podían ser vulgares. Ya no saben cómo conducirse con una joven. Había que vestirse bien. Eso era una cultura que se ha ido”, lamentó.

En la década de 1960 comenzó la informalidad dejando atrás el glamour y las orquestas sustituyeron a las big bands.

“Los rockeros cambiaron todo eso, al final de los 60 y principios de los 70, vistiendo vaqueros y cabello largo; pero no Elvis Presley que siempre fue elegante”, comentó Flores, quien también lamenta la desaparición de los salones de baile y el glamour que en ellos reinó.

LA SALSA VIVE HERMANO


Y para el gusto y goce del salsero de la mata, afortunadamente, continúan los conciertos de calidad: Esta vez Felix Cabrera Presenta el viernes 15 de noviembre en el Madison Square Garden Arena, en New York, a las 8:00 de la noche LA SALSA VIVE.

Por demanda popular después de haber agotado el Radio City Music Hall, regresa a New York la "Universidad de la salsa", El Gran Combo de Puerto Rico, quienes siguen haciendo las delicias del rumbero con sus 50 años de trayectoria salsera; junto a ellos, el actor, musico y cantante Ruben Blades, el "Sonero del Mundo" Oscar de Leon, las leyendas vivas de la salsa Richie Ray y Bobby Cruz, El "Gallo" Tito Rojas y la sensacion actual de la música dominicana: Alex Matos, David Kada y Clasicom.






Sin duda un concierto imperdible en la ciudad de Nueva York. Y como dice la promoción del mismo: "No se quede por fuera!". Un espectacular concierto, puros Caballos, sólo sabrosura.

Compre sus boletos ya, que se agotan, en ticketmaster.com, la taquilla del Madison y en el South Beach Restaurant de la 180 y Saint Nicholas. Para mas información 212 923 3737

El Jibarito Bohemio: Un homenaje a Rafael Hernández




Bobby Sanabria y su gran banda nominada al Grammy llevará a cabo un mega concierto denominado El Jibaro Bohemio, en honor del compositor más grande de Puerto Rico, Rafael Hernández, el 1 de noviembre de 2013, el primer día del mes de la herencia de Puerto Rico .

El concierto contará con la multi- nominada al Grammy Bobby Sanabria Multiverse Big Band junto a una sección de cuerdas de 10 piezas del Bronx Arts Ensemble presentando arreglos de jazz latino de la mayoría de las obras más conocidas de Rafael Hernández como Preciosa, El Cumbanchero, Cachita . Se abrirá el concierto con un arreglo de Eugene Marlow del "Mosaico Puertorriqueño" - una mezcla de música de Hernández . Una segunda transcripción/arreglo de Marlow de St. Louis Blues de Handy con arreglo de cuerdas. Las transcripciones de Marlow son de una grabación de 1919 del James Reese Europe’s Harlem Hellfighters , de los que Hernández era una parte .


"The 319th U.S. Army Regimental Band", dirigida por el suboficial Luis Santiago , abrirá el concierto. Se interpretará música de la legendaria 369 del Ejército de EE.UU. " Harlem Hellfighters " Banda del Regimiento en la que Don Rafael Hernández y otros 17 afro- puertorriqueños sirvieron durante la Primera Guerra Mundial. Ellos fueron la primera banda de exponer al público europeo el ragtime y el jazz temprano. Este tipo de concierto con una banda militar de EE.UU. y una gran banda de jazz en toda regla con cuerdas nunca se ha hecho antes.

DONDE :
Hostos Center for Arts & Culture
450 Grand Concourse
Bronx, NY 10451

FECHA: Viernes, 01 de noviembre 2013




La reencarnación de la orquesta Narváez

Una de las orquestas apreciadas por los salseros, los amantes del sonido de los trombones y de mucho golpe, regresa tras 38 años después de su único pero muy recordado disco. La nueva producción discográfica de “la nueva” orquesta Narváez está lista y promete salsa dura.

Fue en el año 1971 cuando La orquesta Narváez irrumpió en el ambiente salsoso con una producción titulada “Reincarnation” de la cual sus ocho temas quedaron para la historia. Qué salsero de la mata no ha canta de memoria Sabiduría, El Malo, Reincarnation, Obra del Tiempo, La Mafia o El Amor de Puerto Rico. Aunque aún no se sabe a ciencia cierta el porque de la desaparición de esta orquesta después de este unitario trabajo, el estilo particular de la sonoridad de sus trombones, la voz nasal de su vocalista Armando Vásquez con un timbre muy similar al de Héctor Lavoe, esta producción discográfica y con ella la orquesta Narváez pasaron a engrosar la lista de esas agrupaciones que inexplicablemente para muchos nunca más volvieron a grabar ni se volvió a saber de ellos.

El motivo de la desaparición de la orquesta del ambiente musical no fue muy claro y la poca información que se tenia de la Narváez dio pie a que se tejieran muchas versiones sobre el real motivo de la desaparición de esta espectacular orquesta que marco con sus melódicas y finas canciones el surgir de muchos salseros alrededor del mundo entero, que hoy recibimos con beneplácito “la Reencarnación de la orquesta Narváez”.

Remontándonos a los miembros originales de la orquesta registrados en el lp “Reincarnation” podemos decir que el único miembro de la formación original que repite es el señor Deweel Narváez, director que además realizo la percusión, coros, trombón y arreglos. Sobre el vocalista original Armando Vázquez pudimos conocer que nunca mas volvió a cantar y después de Reincarnation se convirtió en pastor de una iglesia cristiana en Puerto Rico en donde actualmente oficia. Lo que si nos sorprendió enormemente fue el conocer que Deweel Narváez durante todo este tiempo, retirado del ambiente musical fue y es aún agente del FBI.


Deweel, un seguidor neto de la música de Wiilie Colón, decidió darle al retorno de su orquesta un tinte o aire de la música del “Malote”. La nomina reclutada por Deweel para esta producción está integrada entre otros por Milton Cardona, José Mangual jr, Reinaldo Jorge, el sonero Frankie Vásquez , Julio Salgado, Renzo Padilla,Ray bayona, rafael de jesus y willie amadeo, estos últimos vocalistas y obviamente Deweel Narváez, quien es director y autor de todos los números.

La producción cuenta con un sonido característico de la salsa hecha en los años 70. Para ello, indicó el músico Renzo Padilla, se mandaron a traer unos equipos desde Alemania con los cuales buscaron darle ese tinte “setentudo” que era lo que quería Deweel con el retorno de su orquesta.

La producción realizada bajo un sello disquero independiente durante un periodo de cuatro años estaría en el mercado de New York inicialmente entre los meses de julio y agosto. Todo indica que la idea de Deweel Narváez no es solamente retornar con su trabajo discográfico, sino también estaría la posibilidad de presentar la orquesta en diferentes escenarios internacionales.

Se inicia entonces un conteo regresivo para escuchar esa segunda producción discográfica, que marca la reencarnación de la orquesta Narváez.