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jueves, 11 de abril de 2013

RICHIE BASTAR VIVE SU GRAN SUEÑO


Por Darlyn Díaz Lindsay



“Yo todavía pienso que estoy soñando, para mi parece que es el primer día y todavía no lo creo,” dijo el percusionista Richie Bastar sobre sus trece años tocando junto al Gran Combo de Puerto Rico.
Bastar lleva el ritmo y talento musical en sus venas. Su abuela, Eugenia Ramos, era bailarina y percusionista en una agrupación compuesta por mujeres en los años 30’ y 40’. Fue Ramos quién le enseño a Francisco “Kako” Bastar, padre de Richie, sobre la música, en especial la percusión.”Me acuerdo un día que le pregunte a mi abuela ‘¿Y pa’ donde van ahora?’ y dice, ‘Vamos pa’ un sitio ahí, se llama Russia.” Bastar nos contó que quedo fascinado con el hecho que su abuela viajaba a lugares como Russia a presentarse como bailarina de Bomba y Plena. Jamás imagino que al igual que su abuela llevaría un pedacito de Borinquen a tierras lejanas.
Parece ser que ya el destino había decidido que Bastar, igual a su padre, sería legendario. Una noche su padre iba a tocar en un club muy famoso y la persona que iba a cuidar a Richie no aparecía. Su padre le pregunto, “¿Tu te atreves tocar frente a un publico?” y Bastar le contesto que sí. Esa noche, a los nueve años de edad, parado sobre una caja de modo que pudiera alcanzar los timbales, Bastar tuvo su primera presentación en tarima. “Esa noche en 1973 fue donde comenzó todo” dijo Bastar. Ese mismo año, junto a la agrupación de su padre se presento en el Madison Square Garden frente a 22 mil personas.
Bastar comenzó tocando timbales y cuando no llegaba el bongosero o el conguero alguien decía, “pues vamos a llevarnos al nene.” La primera vez que su padre le pago por tocar fue a eso de los catorce años de edad. Bastar recibió $20. “Al otro día fui a la tienda de juguetes y me compre una clase de pista de carros.” Así fue que comenzó a generar dinero en la música.
A los 15 años comenzó a tocar con Pete “El Conde” Rodríguez. Después trabajo con un sin numero de agrupaciones en Nueva York.
El ser el hijo de una leyenda musical le permitió conocer a muchas personas en el ámbito musical. Bastar practicaba todos los días, no solo por su amor a la música, pero además para mostrar que su talento podía hablar por si mismo, no solo por la fama de su padre.
Tras tener a su primer hijo, eligió tener un trabajo “normal.” Trabajó como guardia de seguridad, en un hotel, de mensajero... pero nunca perdió la fe de lograr su sueño de vivir de la música y poder dedicarse a la música de lleno.
“Yo cerraba los ojos y pensaba que estaba en una tarima con mucha gente y gracias a Dios se me cumplió ese sueño, estoy actualmente tocando con la Universidad de la Salsa, El Gran Combo de Puerto Rico.”
En todos los lugares adonde se ha presentado el recibimiento ha sido fenomenal, pero la primera vez que visitó a Argentina, en el 1998 fue algo muy especial, uno de los momentos más memorables de su carrera. “Nosotros llegamos a la dos de la tarde para el “sound check.” El show era a las ocho y ya había fila... el trombonísta Moisés y yo salimos a fuera y le llevamos una parranda a la fila. No había otro grupo abriendo para nosotros, no había DJ, no vendían licor, cuando nosotros entramos y pisamos tarima ese sitio se quería caer, ellos estaban esperando la música del Gran Combo.”
El año pasado el grupo celebro 50 años de existencia. Durante su gira, viajaron a Australia, Japón, Korea del Sur, entre otros. “Me sorprendió lo mucho latino que hay en Australia y Japón.” Habían peruanos, colombianos, venezolanos, y demás. “Cuando yo veía una bandera de Puerto Rico de verdad que eso me lleno de orgullo y mucha emoción. He ido a sitios que ni me imagine que existían.” El Gran Combo ha viajado a casi el mundo entero.
A pesar del sacrificio de estar lejos de su familia por largo tiempo, Bastar nos contó que no cambiaría nada. “La música es una bendición... yo soy bendecido. Dios ha sido bueno conmigo. Yo soñaba con tocar con los grandes. Es más, cuando mi papá tenia su colección de LP, de discos, en la parte de atrás donde están los créditos ahí yo escribía mi nombre para ver como se veía mi nombre con los grandes, y mira, hoy en día soy parte de la universidad de la salsa que es El Gran Combo.”
“Yo soy prueba de que si uno se propone algo puede lograr sus sueños, no puedes dejar que nadie te diga que no lo puedes hacer. Yo tuve un sueño y yo no descanse hasta que yo logre ese sueño.”

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